Wall·E

Llevo un tiempo un tanto desencantado con el cine, si hago memoria las últimas películas que realmente me han sorprendido fueron Viaje a Dargeeling o Rebobine por favor (aunque el final de esta no me convenció del todo), el resto de veces que he ido al cine he llegado a la conclusión que la industria esta pasando por uno de sus peores momentos creativos, por no decir el que mas. Las malas películas se van desfilando por la cartelera sin ningún tipo de escrúpulo hacia el espectador y cada día es mas difícil decidir ir al cine sin arriesgarte a llevarte una desilusión mas.

Por ejemplo, tras ver Ironman fui a ver Hulk confiado en que Marvel había retomado el buen camino después de Daredevil, X-Men 3 y Los 4 Fantásticos 2, pero no. Me encontré con un horror de película que, para mi, hacia buena la defenestrada versión de Ang Lee. Aunque este no es el tema de hoy.

La semana pasada fui a ver Wall·E, como la mayoría sabréis es la nueva película de Pixar (y van nueve), tenia muchas ganas de verla, primero porque Pixar no suele fallar (si no tenemos en cuenta Cars) y segundo porque las primeras criticas que había leído ya alertaban que esta era una película diferente.

Así que fui al cine con las mayores espectativas y el listón muy alto, normalmente en estos casos te sueles llevar una desilusión seguro, pero esta vez no fue así. Ya me puse en situación con Presto, la idea de crear un corto que acompañe cada película de Pixar me parece genial, consigan que ya empieces a ver la película con una sonrisa en los labios. Y empezó la película.

Voy a hablar muy poco de los aspectos técnicos ya que tratándose de una obra de Pixar no tiene mucho sentido, simplemente perfecto, todo, los escenarios de una Tierra desolada son escalofriantes, los efectos de luz y las texturas brillantes. Actualmente Pixar esta a años luz de cualquier estudio de animación. La música y los efectos de sonido te sumergen des del primer momento en la historia, y mas teniendo en cuenta que en toda la película no hay mas de 10 minutos de dialogo.

La historia es simple y sencilla, pero funciona a la perfección, no decae en ningún momento, auna capítulos del humor mas delirante con otros dramáticos y emocionantes. Dicen que la idea de Wall·E surgió después de Toy Story pero que hasta ahora no se atrevieron a realizarla, y se nota, en el esmero y perfección de cada elemento que encaja con el siguiente de una manera brillante. Me sorprendió gratamente las sensaciones y emociones que son capaces de transmitir los personajes sin ni siquiera habar, esto demuestra el excepcional trabajo de los animadores y lo trabajado del guión.

Hay multitud de referencias al cine de ciencia ficción y a los musicales clásicos, así como al cine mudo de Chaplin o Buster Keaton y esto es algo que se agradece ya que consigue arrancar carcajadas complices a un publico que queda atrapado des del principio.

He tardado varios días en escribir esta reseña, porque salí tan alucinado del cine que quería dejar pasar unos días para ver si esa sensación de euforia se mantenía y si, se mantiene, cada vez que recuerdo alguna escena no puedo evitar esbozar una sonrisa. Estoy convencido que dentro de muchos años aun se vera esta película y se disfrutara, porque lo que Pixar ha creado es ya un clásico del cine.

Así pues quiero cerrar esta reseña simplemente diciendo que si no has visto la película no te la puedes perder. Y, si como yo, habías perdido la fe en el cine con esta película se recupera. Ahora me queda por ver El Caballero Oscuro, ¿puede que estemos saliendo del túnel?